Modos de interacción entre los módulos
El sistema Bloques Sonoros permite configurar diferentes modos de interacción entre los módulos, habilitando diversos grados de autonomía, control centralizado y comunicación distribuida. Estas modalidades no solo responden a decisiones técnicas, sino que inciden directamente en la forma en que se diseñan las experiencias sonoras y performáticas. A continuación, se describen los tres modos principales:
Modo dirigido
En esta modalidad, los módulos se comunican a través de una computadora central que actúa como nodo coordinador del sistema. Esta unidad ejecuta un software que procesa mensajes OSC (Open Sound Control) y define la lógica de interacción y la dinámica sonora global. Los módulos pueden enviar información sensada (como datos de aceleración u orientación) a la computadora, la cual procesa esa información y responde con instrucciones específicas que alteran el comportamiento de los módulos, como la activación de sonidos o la modificación de parámetros.
Este enfoque permite un control preciso y detallado de la performance sonora, siendo especialmente útil en contextos donde se requiere una narrativa o estructura definida, como en obras con partitura o instalaciones audiovisuales coordinadas. Además, el uso de una computadora central posibilita la integración con otros medios digitales —como visuales generativos, sistemas de iluminación o interacción con otros dispositivos—, enriqueciendo la experiencia multisensorial.
Modo colectivo
En este modo, los módulos operan de manera descentralizada, comunicándose directamente entre sí sin depender de una computadora central. Cada dispositivo puede enviar y recibir datos de otros módulos del sistema, estableciendo una red colaborativa de interacción en tiempo real.
Esta configuración habilita dinámicas emergentes y comportamientos no lineales, donde la interacción local entre módulos genera transformaciones globales del sistema. Por ejemplo, un módulo puede modificar su secuencia sonora en respuesta a la actividad de sus vecinos, generando una composición distribuida que se adapta constantemente a las condiciones del entorno y al comportamiento colectivo.
El modo colectivo favorece la exploración performática libre, el juego sonoro y la creación participativa, al mismo tiempo que introduce principios de autoorganización y comportamiento adaptativo en el diseño sonoro.
Modos combinados
En esta modalidad híbrida, los módulos conservan la capacidad de comunicarse entre ellos y, simultáneamente, interactúan con una computadora central. Esta configuración permite articular las ventajas de ambos modos anteriores: por un lado, la coordinación y estructuración que ofrece el control centralizado; por el otro, la riqueza dinámica de la comunicación entre pares.
El modo combinado resulta particularmente potente en escenarios complejos, donde se requiere una base estructural que conviva con la variabilidad y apertura del comportamiento distribuido. Por ejemplo, la computadora central puede definir parámetros generales, mientras los módulos intercambian información localmente para desarrollar microvariaciones sonoras, adaptarse al movimiento de participantes o modificar sus respuestas según las condiciones del espacio.
Este enfoque mixto permite diseñar sistemas flexibles, adecuados para contextos escénicos, instalaciones interactivas o entornos educativos y terapéuticos donde se busca equilibrar estructura y espontaneidad.